jueves, 7 de agosto de 2008

El pasillo se anima: agosto, tiempo de tesis

Haciendo un chiste fílmico y facilón podría decirse que las tesis, como las bicicletas, son para el verano, a menos que estés en Alemania donde hay bicis y se puede trabajar con la tesis durante todo el anyo. Y es que salvo en aquellos casos de estancias largas de investigación en universidades alemanas, en las que poco tiene uno que hacer excepto leer y escribir sobre el revolucionario tema de turno, la elaboración de la tesis doctoral requiere de una concentración y dedicación esclusiva y escluyente que no suele ser posible encontrar durante el anyo académico. Cuando terminan los exámenes, sin embargo, cuando ya no hay que hacer más papeles, ni más sustituciones, cuando el catedrático se va y te deja casi libre, cuando, por supuesto, más calor hace, es, entonces, cuando el doctorando coge sus cajas de artículos, cuando visita la biblioteca y llena sus bolsas de libros, y cuando, al fin, puede empezar a pensar en su único y verdadero amor: la tesis.

Yo, como muchos, hice mi tesis entre veranos y estancias. Es cierto que cuando ya el trabajo comienza a estar maduro y el nivel de concentración con el tema es alto (después del segundo verano o la segunda estancia), se puede entonces trabajar durante todo el anyo, aunque sea a ratos. Pero ello no habría sido posible sin ese periodo estival en el que eres el más blanco del mundo, en el que cuentas los metros del pasillo de la facultad a pasos, en el que te descubres a tí mismo tarareando la música de inicio de windows y en el que, al final, intentas pensar tanto en un tema que, el cerebro, aunque sea por lo pesado que eres, decide comenzar a tenerlo en cuenta.

Yo no se si Luis Aparicio, doctorando de la Universidad de Granada, discípulo de Miguel Olmedo, estará en esa fase o, más bien, está en la otra en la que ya hay que cerrar el tema como sea, en el que tu cerebro y tu cuerpo se han puesto de acuerdo en que estás hasta las narices de la tesis de los..... Pero a mí me ha recordado esos veranos, y por eso este post.

Ah, se me olvidaba, que Luis está en el pasillo escribiéndonos un precioso post. A leerlo.

Fernando.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El blog y sus distintas secciones se están enriqueciendo muchisimo. Seguid así.

He podido leer por allí abajo a un tipo (o "tipa") que habla de un derecho penal de pelgro frente a un derecho penal de resultado (?). Es decir un Derecho Penal que no requiere la lesión (o p.peligro) del bien jurídico y que aspira a capturar la voluntad criminal, más que la represión de delitos cometidos.

¿Como se pretende hacer eso? ¿Volvemos a la aburrida controversia de finalismo y causalimo?? Pues vaya. Esto si que es desandar lo andado.

PD. Sobre el Derecho penal del enemigo me gustaría saber que medios hay para averiguar cuando un sujeto no ofrece "seguridad cognitiva" de un comportamiento conforme a la norma jurídica y por lo tanto susceptible de ser heteroadministrado como enemigo. ¿Como podemos llegar a esa conclusión de "inseguridad cognitiva"? ¿Métodos del tipo la naranja mecanica?

Administrador dijo...

Gracias Autobahn por tu ánimo. Que conste que la decisión de publicar el post de hoy domingo 10 ha tenido que ver con tu comentario sobre el Derecho penal del enemigo. El que acabamos de ver es un buen ejemplo, verdad?