jueves, 2 de octubre de 2008

Tras los cursos de verano, de vuelta a lo mío y, por la noche, el ala

Casi va a hacer una semana del último curso de verano que, por cierto, fue una auténtica maravilla. Me lo pasé genial, aprendí muchísimo, escuché algunas anécdotas históricas que me guardaré para algún post de futuro, cené con buenos amigos en una noche memorable y discutí sobre cuestiones importantísimas (los límites de la interpretación teleológica) y también sobre chorradas (el ave). Vamos, genial.

He vuelto ya a lo mío y, como dice el título, a las noches de "el ala oeste". Ha salido ya en DVD la sexta temporada y, como debe ser, he empezado por revisar la quinta. Y he redescubierto una maravilla de capítulo, 45 minutos que vienen al pelo en estos momentos de curiosa "independiencia judicial". Como ya dije, el Ala oeste de la casa blanca es lo que debería ser, y la realidad, cada vez se aleja más de ello.

El capítulo se llama “Separación de poderes”, es el séptimo capítulo de la quinta temporada, el primero de mi trilogía favorita de mi serie de televisión favorita de todos los tiempos y de todos los universos. Es una auténtica joya, y contiene un diálogo que me parece especialmente oportuno a los momentos judiciales que vivimos.

El diálogo lo tiene el presidente de los EEUU, Joshua Bartlet, en horas bajas tras ganar la reelección pero con un virulento parlamento en contra (sólo por leer esta frase deberíamos repensar a qué llamamos nosotros democracia) y el Presidente del Tribunal Supremo, el Juez Ashlan, un mítico Juez liberal que ha revolucionado la jurisprudencia del más alto tribunal en los últimos 30 años, y que pese a tener 86 años y acabar de salir milagrosamente de un infarto, discute con el Presidente sobre la petición de éste último de que el Juez Ashlan se retire para que pueda nombrar a un nuevo presidente del Tribunal Supremo. A partir de aquí, este es el diálogo.

- Señor Juez,
- Dios mio, Jett, estás horrible
- Sí verá, es que hay un virus por aquí. Me alegra ver que está usted tan bien
- Te alegras?
- Sí así es
- Puedes hacerlo?
- No quiero, pero si creemos que su salud lo exige
- Y quién me sustituiría?
- Esperaba consultarlo con usted
- Holmes, Oliver wendell, Marshall, jhon Torhorwood, cualquiera. Quiero a Brandase, Douglas, Blackburne. Pero todos están muertos, porque ahora todo son compromisos. Los que no tienen un historial académico, ni compendio de opiniones, nada que les pueda definir, a esos confirmarán, mediocridades galopantes.
- Los otros ocho jueces del supremo están preparados, están aplazando casos muy importantes. Cuánto puede esperar el país?
- Mis ayudantes están preparando un informe. Hay un árabe americano, Mimoud, sacado de una cola en el aeropuerto. Qué sigue? Tribunales, carnets de identidad, códigos de barra tatuados en los antebrazos.
- Pues deme un nombre
- Daniel Robinoff, corte suprema del Estado de Nueva York; Susan Bengalli, noveno circuito. Pero no les confirmarán, verdad? Tengo días buenos y malos, pero en mi peor día soy mucho mejor que todos esos picapleitos que el Senado confirmaría. No puedes hacerlo, no eres tan fuerte. El portavoz dirige el cotarro, y yo no puedo arriesgarme.

No voy a añadir nada. Ni queriendo puedo hacerlo.


Fernando Miró Llinares

3 comentarios:

Samuel dijo...

Esto de las series es un vicio increíble. Mi mujer me ha regalado por mi 27º cumpleaños la sexta temporada de "El ala oeste de la Casa Blanca", pero es que acabamos de terminar la primera de "Jericho" y tenemos pendiente ver la segunda temporada de "Deadwood" y también la segunda de "Dexter" (pedazo de final el de la primera temporada, que no te destriparé Fer, no te preocupes). A ello hemos de sumarle que estamos viendo semana a semana la tercera de "Héroes" subititulada, conforme la van emitiendo en EEUU y que estamos que no nos aguantamos por que comience en enero al otro lado del Atlántico la quinta temporada de "Perdidos".

Samuel dijo...

Ah, bueno, y después de contar mi vida y parte de mis vicios (éste en concreto de las series se lo debo a mi querido maestro XD), se me ha ocurrido plantear una cuestión criminológica respecto a la serie "Dexter" (y a ser posible que sea contestada por Paco): ¿es posible que exista un psicópata o un asesino en serie con principios morales, según los cuales sólo se cobre víctimas entre delincuentes y no entre ciudadanos inocentes? Pese a que, según lo que he podido estudiar durante este año, creo que no es posible, el desarrollo de la serie bajo esta línea y, sobre todo, la interpretación del actor (el hermano gay de "A dos metros bajo tierra"), que personifica con maestría esa cinematográfica "lucha" interna, son geniales. Se trata de una serie muy recomendable, al contrario que "Los hombres de Paco", "Hospital Central" y toda esa bazofia que producen las televisiones españolas.

Administrador dijo...

Querido Samu, ¿has visto medium?